Dark Light
¿Quieres saber si eres un reptiliano? ¿Quieres saber si tu vecino, tu amigo, tu padre, lo es? ¿Quieres saber si realmente gobiernan el mundo?

Es cierto , los Reptilianos habitan en nuestra tierra desde hace miles de años.
Reptiliano puede ser tu madre o tu padre, tu mejor amigo, tu pareja, tus vecinos.
Están en lugares de poder como la política, el mundo empresarial, la educación, etcétera. Se podría decir perfectamente que gobiernan el mundo.

Ahora bien. ¿Son seres extraterrestres? Pues en realidad, serán tan extraterrestres como todo ser humano lo es. No es ninguna fantasía extraña. Somos polvos de estrellas para la ciencia. Y si además nos consideramos ser “algo más que materia inerte”, la ciencia también considera que el nacimiento de la vida, en concreto nuestro espectacular ADN, proviene de los confines exteriores. Entonces, un “reptiliano” no se diferencia exteriormente de ningún otro ser humano que no sea reptiliano. Tendremos que aclarar sus diferencias. Vamos a ello.

Reptilianos Emocionales

Una de las cualidades que definen a los reptiles y los diferencia en su especie del resto de anímales es su naturaleza Ectotérmica:

“La ectotermia es la dependencia de fuentes externas para la obtención de calor.
La ectotermia era antes conocida como poiquilotermia, un término aplicado a ciertos animales con temperatura corporal variable. Sin embargo, la ectotermia conlleva ciertas pautas de comportamiento para aprovechar las fuentes de calor externas que puede derivar en temperaturas corporales relativamente estables, siendo además un sistema de regulación del ritmo metabólico. Son ectotermos típicos los Reptiles,  cuya temperatura corporal depende exclusivamente de la temperatura del ambiente en el que se hallan.
Fuente: Ectotérmia.

La analogía es la siguiente. Quien es “reptiliano” depende exclusivamente del ambiente emocional del exterior para sobrevivir. No son endotérmicos emocionales como los mamíferos lo son con la regulación de su temperatura corporal, estando siempre equilibrados en un rango seguro.

Una persona endotérmica emocional es un ser humano que mantiene su cuerpo emocional estable, en gran parte por su propia comprensión y defusión cognitiva de la situaciones exteriores, en lugar de depender casi exclusivamente del calor emocional de los ambientes en donde se relacione como lo tienen que hacer todo ectotermico emocional. Es capaz de sobrevivir ante los inviernos de la sociedad injusta, cruel, egoísta com a las exaltaciones eufóricas de la sociedad, que, marcando sus propios ritmos, influye tanto con esperanzas vehementes o temores. Se transmite un tiempo para la diversión, un tiempo para el trabajo, un tiempo para la reflexión, un tiempo para todo, la elección no es nuestra.

Pero más claro está en la psicología común. Esa constante necesidad de ser reconocido, esa constante necesidad de atención por parte de personas, que ni siquiera sabemos si nos son benefactoras. Esa constante demanda de necesidades psicológicas, cuando habitamos en una profunda contradicción y capricho.

El ectotermico emocional, el “reptiliano”, dispone de una fuerte dependencia exterior para su propia estabilidad, y una mínima o nula capacidad de resiliencia. Viven sin control consciente de sus decisiones, ya que no están causadas por el individuo sino por las circunstancias exteriores. Si el ambiente es estresante, están estresados. Si el ambiente es de temor y miedo, viven embebidos en él. Si le engatusamos o adulamos nos los llevaremos fácilmente al huerto, por tanto, son fáciles víctimas de conquistadores y estafadores. Les cuesta enormemente decir no a lo que “deseen veladamente”, les es muy difícil rechazar tendencias negativas en entornos justificados por la autoridad. Son incapaces de gestionar las provocaciones y caen constantemente en trampas subliminales, idealismos políticos y fanatismos. Viven en los extremos. Son altamente permeables al comportamiento de las masas perdiendo toda capacidad de cuestionamiento de las mismas.

Así, “reptilianamente” los alemanes aceptaron el genocidio judío y fueron cómplices de una barbaridad que ellos mismos son incapaces de entender. No supieron identificarse al ser humano judío, su vecino, su amigo de la infancia. al estar más identificados o abducidos por el fuerte “calentón ideológico ambiental”. Las miserias del pueblo alemán fueron generando un acusado y progresivo cambio climático que, por causas desconocidas para la población, la existencia era cada vez más insufrible. Había que buscar un chivo expiatorio de las causas de su ruina. Pero claro está no a través de la reflexión sino del liderazgo ideológico. Se canalizó todo ese calor emocional hacia un enemigo común. La Alemania nazi, a través de la propaganda sostuvo esa voluntad en una sociedad reptiliana que fue engrandecida por ideales. Que fue incapaz de aislarse del entorno.

Solo unos pocos se dieron cuenta que era preferible no pertenecer a una identidad de éste tipo si se tenía que ser cómplice de crímenes a inocentes. El pequeño mamífero puede ser devorado por la pitón mitológica. Recordemos que Hera envió a Pitón para perseguir a Leto allá donde fuese. Sin la acción benefactora de un gran Dios el “ratón endotérmico” puede ser devorado por la pitón de una sociedad enajenada.

¿Es grave doctor?

La normalización es algo maravilloso cuando son aspectos altamente constructivos e integradores de la diversidad humana. Pero cuando la normalización oculta actitudes destructivas, son infecciones sociales altamente dañinas y de difícil solución. Como en nuestra sociedad se nos alienta y educa para ser “reptilianos”, ya que muy probablemente nuestros educadores también lo sean, es muy difícil salir de ese estado por influencia exterior. De hecho, esperar a que sea una influencia exterior la que nos enseñe a no depender del exterior, es un mal comienzo. Siendo al principio inevitable la ayuda exterior, sin embargo, debemos ser capaces de empezar a cuestionar por nosotros mismos. A intentar entender nuestro cuerpo emocional para llegar a un mínimo de indepencia emocional.

La gran mayoría de personas subsisten en éste estado, y por tanto, se genera una normalidad al respecto. El ajeno a las influencias exteriores es tachado de insensible. Y se confunde la sangre fría del criminal con quien ha conseguido eliminar la influencia exterior de la toma de sus decisiones. Desarrolla un pensamiento crítico por encima del drama emocional. Los pocos mamíferos que sobreviven en este mundo “reptiliano” ni siquiera se atreven a mostrar a los demás que se puede sobrevivir sin depender de tanto de éste reino de Sobek. Pero no nos engañemos. Es el reino en el que vivimos.

Todos somos reptilianos

Todos somos “reptilianos” cada vez que las circunstancias nos dominan y deciden por nosotros. Aquí no existe una lucha entre mamíferos y reptiles. Hay que poner claro esto. No vayamos a caer otra vez en el mismo error. Podemos actuar como lagarto o como ratón. Forma parte de nuestra naturaleza.

Éste artículo pretende usar el viejo mito actualizado a las nuevas formas extraterrestres para la búsqueda de nuestro propio análisis comportamental. Intenta invitar a todas las personas a que se den cuenta cuando su calor emocional está siendo afectado por las situaciones externas. Ello no significa que no se tenga en cuenta ese ambiente, para nada se trata de ignorarlo, sino que seamos capaces de notar cuando nos enajena en exceso, cuando nos afecta y nos induce a actuar, a veces, en contra de nuestros profundos principios.

Se está invitando a estar alerta respecto a nuestras reacciones, y no solo a las causas. Si nos sentimos atrapados en días repetitivos, en dramas periódicos, si se nos repiten las historias, probablemente estemos viviendo “reptilianamente”. Por tanto, intentemos reflexionar sobre nuestras percepciones para evitar caer en las mismas trampas de siempre.

Y así, cuestionando nuestra interpretación del exterior, cuestionando nuestras rutinas perceptivas, quizás podamos llegar a relacionarnos como mamíferos, que saben conectarse con el mundo exterior sin perder su calor interno.

Debemos entonces, dar ese “paso evolutivo” en nuestro mundo interior. Evolucionemos internamente, maduremos, y así desarrollar la capacidad de discernir lo que sucede por nuestros medios, actuar más allá de la presión exterior, o por el contrario, vivir en la desidia por falta de presión. Dejemos de considerarnos esclavos de las circunstancias a pesar de sus lógicas limitaciones.
Como decía Sartre, “somos radicalmente libres“, y en éste caso, la actitud ectotérmica, es aquella que cree que decide, cuando en realidad, “es decidido por las circunstancias“. Debemos decidir en cada instante que influencia elegir. La nuestra si existe, o la exterior.
Ésta es la angustia más secreta del ser humano: Hay que decidir, siempre, en todo momento, o por lo contrario, vivir como lagarto, esperando que nos muevan desde afuera.

Artículos Relacionados

Aunque ya pueda disfrutar de nuestro contenido, estamos en proceso de construcción. Disculpe los fallos que pueda encontrar o dificultades en la navegabilidad en el sitio. Muchas gracias.