Existe un suceso cognitivo que fundamenta y jerarquiza nuestra vida. Un aspecto que suele dominar casi todas las facetas humanas, deseos, decisiones, creencias, comportamiento, pero que a pesar de su importancia, pocos somos conscientes de lo que es y como funciona. Por tanto, sin más preámbulos, vamos a comenzar definiendo que queremos decir con significado emocional.
¿Qué es el significado emocional?
Según Wikipedia el Significado significa, valga la redundancia, en lingüística y semiótica:
El significado es el contenido mental que le es dado a un signo lingüístico. Es decir, es el concepto o idea que se asocia a la forma sensible o perceptible (significante) del signo y al objeto que representa (su referente) en todo tipo de comunicación.
Esto está claro para objetos existentes en nuestra realidad exterior que pueden ser referencia simbólica a un concepto. Nadie, al recibir el concepto de mesa, árbol, coche, edificio, tiene dudas de lo que es. Habrá variantes en las formas, pero nadie discute sobre lo que significan las cosas que existen fuera. Es decir, todo aquello que son objetos del mundo en el que vivimos están claramente significados. Dicho de forma sencilla, les damos nombre a las cosas, para saber de que hablamos cuando “esas cosas “no están presentes.
Esto me sirve para adelantar, que dar nombre a algo, es dar significado a algo, como veremos más adelante. En mi país se suele decir que, “no le pongas nombre a un animal que te vas a comer”, señalando que dar un nombre específico y personal, relaciona de alguna forma a quien lo nombra con lo nombrado.
Pero volvamos a la idea de lo que es el significado. ¿Qué ocurre con las cosas que no existen fuera? La gran mayoría de los conceptos humanos, son interpretaciones internas, de nuestro mundo psicológico. El amor, el odio, la amistad, el bien o el mal, el orgullo, el miedo, la justicia, etcétera, no son objetos exteriores. Así, cada cual tiene una interpretación diferente de cada uno de estos conceptos. Donde yo puedo ver un acto de amor, otro puede ver un acto despreciable. Donde uno ve un acto de protección, yo puedo ver un acto de dominación… ..y así, cada cual interpreta subjetivamente lo que comprende con sus propios significados proyectados a los eventos y situaciones que suceden. Las cuestiones que nos tocan directamente, nos evocan significados diferentes en cada persona, porque cada cual tiene su propio mundo emocional de significados.
Significados emocionales tan particulares, como las situaciones, que en cada persona le evocan las reacciones emocionales clásicas.
Así, se volvió fundamental tener en cada uno un significado unívoco con los conceptos abstractos. Para ello, personas muy doctas intentan consensuar un significado único para cada palabra que no esté acompañada por un objeto exterior, pero que conforman de alguna manera las relaciones humanas. Se trata de nuestra vida psicológica, en donde el símbolo es tan importante como las señales de tráfico de nuestras calles.
Estas definiciones van cambiando con el tiempo, y por supuesto nunca contentarán a todo el mundo, por lo comentado anteriormente. Solamente para el concepto del amor, disponeos de infinidad de significados diferentes. De ahí la gran belleza del mundo interior humano, pero que, paradójicamente también es nuestro infierno. Es por esta razón que nos llevamos tantas sorpresas respecto a lo que creemos que sienten los demás. No es de extrañar entonces, que nos sintamos tan poco comprendidos con nuestros semejantes, e incluso, seres cercanos. Ya que cuando alguien habla sobre el amor, por ejemplo, casi todos sentimos que se está proyectando el mismo significado que tenemos nosotros.
El poder político, conoce bien esto. Así, cuando un político dice por ejemplo:
“Yo estoy a favor de la justicia. …nadie podrá socavar nuestra libertad. …yo trabajaré por el bien y lucharé contra el mal“.
Lo normal es que las personas identificadas con el político aplaudan como locos ante estas palabras. Quien no lo haría ¿No? ¿Quién está en contra de la justicia la libertad y el bien? Nadie duda del significado que está proyectando a estas palabras. Sin duda, el seguidor pensará, “Piensa igual que yo”. Aun así, teniendo en cuenta las grandes contradicciones y diferencias que encontramos con seres queridos bien conocidos, con desconocidos tendríamos que afinar un poco más. Lo lógico sería preguntar: ¿Qué es para usted la justicia?
¿Qué es para usted hacer el bien? ¿Cuál es su idea de la libertad?
Porque, al no ser objetos exteriores todos estos conceptos, el bien, la libertad, la justicia, pueden cambiar sus acciones sin faltar a su palabra. Ya que el bien puede ser ahora una cosa, y mañana otra muy diferente.
Somos un significado de sí mismo
Una de las definiciones más bellas que he recibido sobre lo que es un ser humano es:
El ser humano es un Significado de sí. Un significado de sí mismo. De hecho, es una de las pocas certezas absolutas que disponemos y dispondremos, muy probablemente en nuestra vida:
Yo Soy.
Si somos significado, ¿De qué tipo es?
Somos significantes de nuestra vida
Aunque el ser humano pierda su vida prácticamente intentando definirse y encontrarse, el significado de sí mismo que él es, no es conceptual. Somos un sentir, y todo lo demás, incluso el nombre que nos dieron nuestros padres, experiencias, lengua materna, son cosas adquiridas. Lo único que es verdaderamente nuestro, es ese sentimiento de Yo soy.
Y en el refugio de esa morada, el ser humano puede encontrar un tesoro invisible de incalculable valor. Como ese sentir no es un “algo”, no es un concepto atrapable en la mente, solemos identificarnos en cualquier idea que nos genere seguridad de ser. Y la pregunta es obvia.
¿Qué es aquello que se identifica en la idea de ser egoísta, bueno o malo, español, inteligente, socialista o de derechas, tonto, decente o indecente, decoroso, amigable, malvado o bondadoso, importante o miserable, o cualquier otra idea que pueda definirnos? Nadie podrá respondernos. Cada cual está solo en esa indagación.
Ese significado de si mismo nos acompaña durante toda la vida. Al ser todos y todas un significado emocional, disponemos de una cualidad única en el reino animal. Podemos transmitir significados emocionales a personas, cosas y conceptos.
El fuego transmite calor. Nosotros transmitimos significado emocional a nuestra vida, a los objetos internos y externos. Por este motivo, cuando atacan a una idea atrapada emocionalmente por nosotros, sentimos que también nos atacan a nosotros mismos, Y esto es tan poderoso, que incluso nos pueden mover hacia la lucha, hacia la muerte, hacia acciones indecorosas, hacia lugares honrosos como vergonzantes, si significamos con gran potencia a una idea, podemos matar o dejarnos morir por ella.
Al otorgar significado emocional a cosas o personas, acontece algo que es particularmente terrible. Podemos poseer emocionalmente a alguien sin su permiso, y es por ese motivo que podemos sentir que algunas personas son nuestras por el mero hecho de amarlas. Algo, de consecuencias lamentablemente tristes en la historia humana.
¿Cómo funciona todo este asunto de la posesión emocional? ¿Cómo afecta todo ello a nuestra percepción de la existencia? A continuación trataremos una historia trágicamente común, como ejemplo para comprender todo este asunto.
Atracción por el significado
Supongamos que Pepe es un chico que está obsesionado con gustar a una mujer. Es inseguro. Este chico conoce en un momento dado a una chica danesa llamada María.
María, le parece en un principio gracioso y divertido y comienza una relación. Finalmente parece que se gustan y empiezan a salir juntos. Ahora mismo Pepe a consumado su mayor deseo, pero esto no ha eliminado su inseguridad.
Al cabo del primer año de relación, Pepe pilla una mentira a María. Le dice que va a ir a un sitio, pero queda con un amigo suyo. Pepe descubre éste detalle por casualidad. Al cabo de unos días, vuelve a ver a María con su amigo, ha comenzado a espiarla. En ese instante, Pepe empieza a atar sus propios cabos. María, nunca le ha querido realmente, sus dudas eran correctas, y a conocer a su amigo que considera mejor que él, le ha gustado inevitablemente. Pepe, está muy decepcionado con María, cree que está con una persona inmoral e indecente. Empieza a recordar todos los detalles que avalan su impresión. María le está siendo infiel y recuerda cada detalle que avala su mezquindad.
Una mañana, discuten por una tontería. En ese instante estalla Pepe, y le dice que es una zorra. María se pone a llorar. Pepe le dice que la ha estado siguiendo y que le ha visto quedar a escondidas con su mejor amigo.
Para sorpresa para Pepe, la quedada con su mejor amigo era para darle una sorpresa por su aniversario. Le iba hacer un regalo muy especial y necesitaba la complicidad de su amigo.
Cuando Pepe se da cuenta de su error, se siente ser la peor de las personas. María decide dejarle.
En ese instante la mente de Pepe se llena de todas las virtudes de María. Que es sin duda la mejor persona que ha conocido en su vida, y recuerda todos los instantes que confirman que es su gran amor y que siempre debería confiar en ella.
¿Qué ha pasado aquí?
Cuando Pepe estaba celoso, su significado emocional atrajo a su mente datos y situaciones que avalasen su sentimiento.
Es el acto contrario a un proceso indagatorio o reflexivo.
Con la reflexión se intenta descubrir algo, mediante la deducción y el análisis. Cuando los sentimientos nos desbordan y nos dominan, generan una atracción por el significado y no se puede indagar nada porque ya se ha llegado a una conclusión. Se siente algo, y se argumenta circularmente para concluir sobre sí mismo. Todo empieza y acaba en el mismo sitio. Es decir, no podemos pensar en otra cosa que no sea algo que avale lo que sentimos. De igual forma para Pepe, cuando descubre su equivocación, solo puede pensar cosas positivas hacía María, como antes era incapaz de dejar de pensar en ella de forma negativa. Esto es un secuestro emocional. Cuando nos sentimos culpables, con razón o sin razón, lo único que vale es lo que uno siente, y por tanto, es prácticamente imposible invocar recuerdo alguno que nos perdone, o nos haga dudar de nosotros mismos. Para algo así, deberíamos tener cierto grado de defusión cognitiva, para poder apartarnos de lo que sentimos. Algo normalmente, muy difícil en las personas no educadas para ello.
Parece que la existencia quiere castigarme
Seguimos con Pepe y su ruptura. Ahora mismo para él ha perdido lo más importante de su vida. El significado emocional más potente está proyectado en ella. Pepe entra en un bar con un amigo para intentar olvidar su situación y lo primero que ve es que tienen la cerveza favorita de María. Esto le hace sentir mal, le atrae su recuerdo y se siente fatal. Sobretodo cuando ponen en el bar, una de sus canciones favoritas.
Otro día se va otro bar, y en la televisión están echando un partido de fútbol. España – Dinamarca juegan. Pepe empieza a pensar que el universo intenta torturarle. Vaya a donde vaya solo encuentra cosas que le recuerdan a ella.
La atención también es atraída por el significado
Cuando una mujer está embarazada no para de ver a embarazadas. Cuando andamos por una calle transitada, algo nos hace girar la cabeza y mirar al otro lado de la calle. Allí está uno de nuestros mejores amigos-as. Pasamos por otra calle y en un local que nunca nos habíamos fijado veo un póster de una charla sobre el Antiguo Egipto, una de nuestras mayores pasiones. ¿A quién no le ha pasado cosas parecidas a éstas?
Cuando algo es importante para nosotros, por tanto tiene un fuerte significado emocional, nuestro cerebro lo envía al consciente. Todo lo que sea relevante emocionalmente para nosotros será captado y enviado, sin importar su relevancia en el presente activo, al consciente.
Así, cuando Pepe estaba con María no era consciente de las cosas que podían recordarla, tenía que perderla para ser consciente de todas las enormes relaciones conceptuales que son posibles relacionar con ella. Como la ruptura ha puesto a María y todas las cosas relacionadas con ella, en el mayor grado de importancia emocional, el hipotálamo, que es la región cerebral encargada de filtrar lo que es relevante, envía todas estas señales a las regiones conscientes dándonos la sensación de que el universo confabula contra nosotros.
Por este motivo vemos a amigos y familiares, que nos gustan o disgustan mucho, entre una multitud de gente. Giramos la cabeza y vemos cosas que nos apetecen o nos disgustan de forma importante. Sentimos que la vida nos castiga, porque estamos neuróticos. De igual forma la vida nos regala momentos extraordinarios, cuando estamos felices y llenos de pasiones practicables. Cada vez que otorgamos aprecio emocional a una idea o suceso, éste adquirirá relevancia cognitiva para nuestro cerebro. Si son muy emocionantes, no se podrá pensar de forma lógica. Estaremos secuestrados por ese significado.
Suceso extraordinario
Pero fíjense en lo siguiente:
No hemos acabado con el “pobre” protagonista de nuestra historia. Pepe llevaba semanas absolutamente absorbido por la ruptura. Su vida era miserable sin ella Era lo que más le importaba. Pero Pepe tiene otras cosas que también valora y que ahora no es consciente por el secuestro de éste trauma.
Una de las que más valora y parece haber olvidado es su trabajo. Éste le aporta unos importantes ingresos y gran reputación. Pues bien, sucede que en el país de Pepe por culpa de una alarma sanitaria sin precedentes se declara un estado de alarma. Su trabajo, que pensaba que tenía bien atado, es especialmente sensible a estos acontecimientos, que nunca se pensaba pudiesen suceder. De repente, ve peligrar su empleo.
En ese mismo instante, se movió el significado emocional hacia esta nueva preocupación desalojando totalmente el sentimiento de frustración por la ruptura. Ahora, lo que más le preocupa es perder su trabajo.
¿Qué ha pasado?
Sucede, que las cosas no son como nos parecen. La importancia lo otorga los significados emocionales que caprichosamente proyectamos en nuestra vida.
Pero si las circunstancias cambian, pueden aparecer miedos e inquietudes ocultos que desmontan toda esa escala de niveles de aprecios personales. Lo primero que deberíamos de reconocer, en esos momentos, es que nuestra palabra poco valor tiene. Ya que podemos decir un día:
– ¡Te amo con locura!, pensando que es verdad.
Para que ocurra, un buen día, cualquier cosa, y ese “amor loco” desaparezca…
…sin saber como explicarlo.
¿Dicen algo las tradiciones místicas?
Hasta ahora hemos visto los sucesos cognitivos que pueden estar avalados por nuestra propia experiencia. Alguna psicología también avalará lo comentado con otro lenguaje. Hasta aquí puede ser suficiente para usted. Pero para todos aquellos que ven en las tradiciones místicas una interpretación primitiva y simbólica de nuestra psique, daremos un último comentario a lo que probablemente, señalan algunas tradiciones al tema protagonista de éste artículo. Siempre a través de mi interpretación y con el único objetivo de mostrar una “interesante curiosidad”.
En árabe: سام Sām; en hebreo שֵׁם Shem, Šēm; significa literalmente nombre. Pero también podemos interpretarlo como significado o potencial. La palabra “semilla” proviene de ésta palabra hebrea, que es en sí misma un potencial, significado, de un árbol o planta.
Cuando un hebreo nombra a Dios en sus rituales suele utilizar la palabra HaShem (en hebreo: השם) “El Nombre”. O si se prefiere aceptar mi tesis, El Significado. Ya que, evidentemente, Dios no puede ser un concepto, un signo, un símbolo. El uso de la palabra “nombre” en la Torá tiene éste sentido, el de significar a las cosas. Entonces entenderemos que cuando Dios creó al hombre y dijo lo siguiente:
Adán puso nombre a todos los animales y a las aves de los cielos, y a todo el ganado del campo, (…). Genesis 2:20:
El ser humano representado por Adan, tiene la capacidad de significar las cosas que conoce. Y parece que esa es su principal cualidad.
El Taoismo a través de su principal obra, Dàodé jīng nos dice en su primer pasaje: El Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno. El nombre que puede nombrarse no es el nombre inmutable.
En el Cristianismo nos hablan del verbo o Logos como titulo de Cristo:
(en griego, Λόγος; literalmente «Palabra», «Verbo», «Discurso» o «Razón»), pero de nuevo, podemos razonar fácilmente de que no se trata de una palabra, sino de un significado.
¿Qué tiene más sentido? ¿Qué una palabra se encarne o un significado de sí mismo?
“El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (Jn 1-18)
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por él, y sin él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.” Lo que nos da a entender, que para obrar, no podemos ser indiferentes. Sin significado no hay acción.
Conclusión
En momentos de crisis las preocupaciones más importantes invaden nuestra mente secuestrando nuestra atención. Esto, hace desatender aspectos importantes de nuestra vida.
Si somos conscientes de que toda ésta absorción es un efecto de exceso de preocupación, de exceso de apego a alguien o algo, quizás, podamos re-dirigir nuestra atención hacia otras cosas que nos acompañan y nos indican un nuevo camino.
Quizás no luzcan tanto como nuestras penas. Pero la verdad es que nos otorgarán mayor beneficio y satisfacción a largo plazo que el martirio. Atender a nuestro dolor solo tiene sentido para ser comprendido y nutrirnos de el. Rememorar el dolor no nos dignifica, por muy aplaudido que esté en los Realitys televisimos. Sufrir en este mundo es algo inevitable, y más aún cuando las heridas están recientes. Debemos entender, después de nuestro luto o catarsis necesaría, que el camino siempre ha de ser hacia adelante. Hay que saber decir adiós, incluso, a nuestras mayores penas. Es mi mayor deseo, para estos momentos difíciles. Mirad hacia adelante.
